Cuando alguien me dice que quiere un cambio de imagen le pregunto qué objetivo quiere lograr con ese cambio y, con frecuencia, responden que ya les aburrió como lucen y que yo les aconseje un nuevo look.
Vale la pena comentarles que diseñar un cambio de imagen sólo para cambiar no tiene sentido, lo interesante es gestionar la imagen para generar valor, ¿qué valores? Valores como confianza, credibilidad, admiración, respeto, reconocimiento, lealtad, autoridad y/o poder. Cada quien decide su objetivo.
La gestión de la imagen no es un fin, sino un valor que se convierte en nuestro mayor tesoro; la quinta ley del poder dice: ‘Su nombre y su prestigio constituyen la piedra angular del poder’.