Me es muy grato compartir con ustedes mi colaboración para el número 281 de la revista LÍDER.
La relación entre el vestuario y la credibilidad está bien documentada, la apariencia influye poderosamente en la percepción que la gente se forma acerca de nuestro éxito financiero, autoridad, confianza, posibilidad de ser contratado o promovido, inteligencia y mucho más. La diseñadora italiana Miuccia Prada comenta que cuando la gente le pregunta cómo puede mejorar su estilo, le responde: “Estudia, es algo que se tiene que aprender”. En esta ocasión comparto con ustedes los códigos masculinos del buen vestir.
Eventos formales. Los eventos formales que se desarrollan en las cortes, las bodas o reuniones con gente de poder demandan un atuendo compuesto por un traje sastre oscuro, camisa blanca con corbata en colores sobrios y zapatos negros. En estas ocasiones una persona puede verse en desventaja si porta prendas informales. Los trajes son la parte más importante de un guardarropa profesional, la calidad y el corte dicen mucho acerca de usted. Un hombre en traje representa el establishment, es la prenda indispensable para el ejecutivo global, ya que tiene la función sacar sus atributos a la superficie, me refiero a poder, seguridad y autoridad.
Casual de negocios. La vestimenta casual de negocios es una versión relajada de la vestimenta formal; se refiere a aquellas prendas que son confortables pero que le permiten lucir profesional. El estilo formal se caracteriza por trajes sobrios de un tono; en cambio el casual de negocios admite diferentes texturas entre las prendas, saco de diferente material y color que el pantalón, mayor variedad de calzado, accesorios diversos, con o sin corbata y más combinaciones.
Viajes. La mayoría de las personas prefieren la comodidad al viajar, pero si usted lo hace por negocio, vestir un traje ayuda a ser tratado con mayor respeto y deferencia. Haga la prueba de ir al aeropuerto en fachas y luego regrese bien vestido, notará el trato preferencial que recibirá.
En casa. En nuestra casa solemos usar prendas casuales y relajadas, donde vestimos como queremos; sin embargo, cuando tenemos invitados nuestra casa se convierte en un lugar público. Las normas de cortesía indican que se debe crear una ambiente agradable para los invitados, lo que significa vestir apropiadamente para recibirlos y atenderlos, y ello dependerá de la formalidad o informalidad de la reunión.
Reuniones o bodas en la playa. La recomendación es vestir un traje en color claro y camisa de lino o algodón; la corbata puede ser opcional.
Gala. Se usa smoking, muy frecuentemente de color negro, aunque también puede ser de color azul o burdeos, a menos que se indique lo contrario. El pantalón es del mismo color que el saco, salvo en el caso del smoking blanco que lleva saco blanco y pantalón negro. Puede llevar una banda en la cintura o bien chaleco y zapatos de piel brillante, ante o charol.
En ceremonias como la entrega de los Golden Globes Awards o el Oscar suelen verse innovaciones en la confección del smoking como sacos de colores, chalecos y trabillas poco habituales o textiles con algún patrón. La apuesta es alcanzar un balance entre la tradición y lo moderno; son las tendencias para un hombre refinado que se ocupa de su imagen y prestigio.
Gran gala. El frac es el traje de etiqueta por excelencia, la chaqueta en la parte delantera llega a la cintura y por detrás tiene dos faldones de mayor largo, las solapas son de seda, camisa blanca y puño doble; la botonadura puede llevar pequeños brillantes o perlas en lugar de botones; se acompaña de un chaleco en piqué o moaré y los pantalones son lisos. Este atuendo se viste en actos de gran gala, generalmente de noche y en lugares cerrados.
Al elegir las prendas habrá que tomar en cuenta que tanto los materiales como el ajuste sean impecables, con un acabado magistral, pues esos detalles hacen la diferencia entre verse aceptable y verse excepcional.